domingo, 30 de octubre de 2011

Unas Horas con...


Sin ánimo de ofender a nadie y con la única intención de comprender cómo se pueden sentir aquellas personas con las que comparto mi vida, voy a comenzar un nuevo proyecto. En unas horas con...  pretendo acercarme a algunas de las realidades sociales que desconocemos y rechazamos sin dar la oportunidad de respetarlas, descubrirlas...

No se trata de frivolizar con las diversas situaciones. Sólo abrir una posibilidad de acercarnos a aquello que posiblemente no nos halla tocado vivir directamente.


UNAS HORAS CON DISCAPACIDAD AUDITIVA.


 Hoy me he despertado con una sensación extraña. Había perdido la capacidad de oír. En realidad no me he despertado, me han despertado, ya que suelo levantarme con la melodía del teléfono móvil y hoy sólo he percibido su vibración y al no estar acostumbrado a ella lo he tirado directamente al suelo (lo había guardado en el bolsillo del pijama).

Me ha despertado mi compañero de trabajo y si no fuera porque tenemos bastante complicidad, el día no hubiera resultado nada efectivo. Tengo que reconocer que no he perdido la totalidad de la audición pero parece que me encuentro inmerso en una burbuja. Mejor dicho como si estuviera hundido en el mar y no percibiera con corrección nada de lo que me rodea.

 Inmediatamente el resto de sentidos se han puesto a trabajar pero no como yo hubiera deseado. La vista ha sido el que más he tenido que controlar y el tacto porque no me sentía equilibrado como anteriormente.

Después de hacer mi cama y ayudar a los clientes a hacer las suyas he tenido que ponerme a afeitarlos. Se me ha pasado un pequeño encontronazo entre dos de ellos que discutían por ser los primeros en entrar al baño. Me he perdido una llamada de teléfono en la que se me debía comunicar que el pan no iba a llegar a su hora (no sería válido pero ya conté con ello y ayer pedí el doble de pan por si acaso) y me he perdido el informativo de la mañana porque en ningún momento oí que había empezado. Hoy me encuentro perdido…

 Intento suplir la comunicación con el mundo sonriendo y todos los que me rodeaban, aunque notaban que algo pasaba, no han llegado a ser conscientes de mi discapacidad. A largo plazo hubiera sido más evidente.

 Preparo el desayuno y es Antonio el que me avisa que el microondas ha parado y el lavavajillas no para de pitar porque los útiles de la cena ya están lavados. Tres de los usuarios me llaman para que les dé el cigarro de después del desayuno y hasta que uno viene y me toca no soy consciente de su necesidad. Cuando reparto la pasta de dientes grito más de lo normal para comunicarme con ellos. Me doy cuenta cuando me miran como extrañados y se ríen de mí a carcajadas (o eso creo interpretar). Después comienzan a marcharse al centro ocupacional y me despido de ellos nuevamente con lo que creo que no romperá su armonía un saludo una sonrisa o un abrazo.

 Ordeno mi carpeta, mi mochila y me despido del turno de día que, cómplices de mi actual sordera, han realizado todas las tareas que se me han pasado durante esta mañana.

 En el coche camino del Instituto sólo encuentro silencio. Pero no es desagradable encontrarse con uno mismo en momentos determinados y reflexionar sobre distintas situaciones de la vida que creemos que nunca nos van a tocar tan de cerca. Sólo escucho mi propio eco mental y miro por la ventanilla mientras Rubén conduce. Aunque conoce el “experimento” que realizo no ha podido remediar dirigirse a mí en distintos momentos y después de mirarme o sonreír con amabilidad ha vuelto a fijar la vista en la carretera y a seguir conduciendo.

 Sólo he estado tres horas sin mi capacidad auditiva y no en su totalidad y he llegado a la conclusión de cómo he perdido capacidad de comunicarme con mi entorno y lo desorientado que me he encontrado en determinados momentos. Sólo mi mundo interior cobraba vida pero yo vivo por y para los otros y no tengo recursos ni habilidades suficientes para integrarme en un mundo en el que no se percibe nada que no veas o te muestren.

 Todos deberíamos ser conscientes de la dificultad en la discapacidad aunque creo que con los recursos suficientes podríamos lograr una integración cada vez más real. 

                                                                                                                               Francis.


                                                  
                                                                                                                                                 

1 comentario:

  1. Ahora imagina que eres un niño que va al colegio y recibe todas las explicaciones de forma oral, que carece de una conciencia fonológica que le impide aprender a leer y todos creen que lo que le falta es inteligencia y no audición, o mejor, simplemente intenta desempeñar una función que no realices todos los días, prueba el experimento yendo a un banco, una tienda, un hospital,... eso si que es difícil!

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