El rey oso de James Oliver Curwood (Barataria).

Este libro llegó a mis manos por casualidad. Yo había visto la película El oso hace mucho tiempo y, verdaderamente, me llegó a la patata... no pude evitar sentirme atraído por la parte más tierna de la adaptación y, en cuanto descubrí la obra literaria,  me enamoré de ella. ¿Cómo un escritor de principios de siglo (1878-1927) puede ser tan actual? Dadle una oportunidad y lo descubriréis.

Si algo poseen las historias de este escritor norteamericano, bisnieto de una india mohawk y sobrino del capitán Frederick Marryat, uno de los primeros autores en novelar la vida marinera, es la capacidad de hacerte sentir el más rudo de los tramperos o el mejor de los cazadores. Aunque no distingas un Mauser de un Winchester.

El cine ha recurrido a él a menudo y al menos una veintena de películas se han inspirado en sus libros, desde la más famosa, El oso, de Jean-Jacques Annaud, a otras menos conocidas, que contaron con la presencia de actores como John Wayne (El largo camino, 1934) o Rock Hudson(Vuelta a la vida, 1953), entre otros.

La más apasionante de sus novelas debió ser su propia vida. Periodista, explorador, aventurero, cazador arrepentido… Durante su adolescencia se escapaba de todo colegio al que se empeñaran en mandarle y sólo después de la más prolongada de sus fugas regresó al hogar familiar, en Michigan, con el dinero suficiente para costearse la universidad. Ganado a tiros, literalmente, gracias a su habilidad como cazador. De este pasado nacería, como una penitencia autoimpuesta, una tenaz defensa de la naturaleza y varias obras protagonizadas por animales. En el prólogo que escribió precisamente para El rey oso, reconoce que estos libros «constituyen, en cierto modo, una reparación que me esfuerzo en llevar a cabo, y he procurado hacerlos no solamente interesantes en grado sumo, dotándolos de romántico interés, sino que sean también tan exactos, por lo que se refiere a sus hechos, como ha sido posible. Al igual que en la vida humana, hay en la vida selvática tragedias, comedias y sentimientos; hay en ella hechos que merecen ser descritos y que son tan verídicos que no es necesario recurrir a la fantasía.».

Escrita en 1915, El rey oso fue publicada un año después con el subtítulo de A romance of the wild, una acertada definición para esta novela sobre la naturaleza, cuya lectura quizás sea más necesaria hoy que un siglo atrás, y que describe, al fin y al cabo, un auténtico romance, el que unió a James Oliver Curwood con la vida salvaje que lo convirtió en escritor.

La Historia.

Ecología, amor por los animales y una dura reflexión sobre la posibilidad de redención en el hombre son algunos de los puntos que trata esta apasionante aventura.

El protagonista de la historia es Thor, un imponente oso gris. Gordo, robusto, con el pelo brillante y poderoso. Mide casi dos metros y setenta centímetros y su vida, hasta el momento, no ha sido perturbada por la presencia del hombre. Él no mata por el placer de dar muerte sino por sobrevivir. Se considera el señor de los valles y las pendientes hasta que otro de su especie lo derrotase y le reemplazara.

Por su parte, Langdon es un cazador de 35 años que ha pasado la mayor parte de su existencia en las regiones salvajes. Bruce Otto es su inseparable compañero de fatigas. Un día al adentrarse en las Rocosas descubren a Thor y le disparan sin pensarlo. Le hieren y comienza a una persecución sin tregua. No obstante, el conocimiento del entorno y sus cualidades permiten a Thor despistarlos. Aun así, el oso gris está herido y débil. Consigue curarse a base de hierbas y bayas silvestres. Se siente enfurecido porque los hombres se han adentrado en sus dominios y han perturbado la tranquilidad. En su huida se encuentra con Muskwa, un osezno de color pardo, de apenas tres meses al que han abandonado.

Pronto lo adopta y entre ambos animales se establece un estrecho vínculo. Le enseña a cazar, a pelearse, a sobrevivir en la naturaleza. Pese a ello, Langdon y Bruce persisten en la captura de Thor. Dan con la madre de Muskwa que ha sido aplastada por las rocas y presencian la pelea de Thor con otro oso. Se quedan impresionados por la brutalidad de la pelea. Ambos están empeñados en atrapar al gran oso que junto a su nuevo compañero emprende la huida.

Personajes y animales.

El protagonismo lo toman principalmente los animales. Sus rasgos y características están profusamente descritos a diferencia de los seres humanos de los que se dan leves pinceladas en el momento de su presentación.

Me gusta que los animales tengan nombre, les humaniza y los acerca al lector. El problema es que el nombre es una designación humana y no implica ningún cambio en ellos. Sólo lo hacen especial para el hombre.

Thor. Oso Gris. Era un soberano pacífico. En su fuerza descomunal, en su soledad y en su supremacía era como las montañas, no conocía rival. Era un oso monstruosamente grande, de pelaje dorado oscuro, esbelto y poderoso. Pesaba más de quinientos quilos, sus garras medían trece centímetros, sus huellas treinta y ocho y con sus fauces podía destrozar con facilidad el cuello de un reno... le encanta darse baños de arcilla húmeda, cazar ardillas, comer nueces, bayas y grosellas silvestres, larvas y hormigas, ¡¡pedazo de oso!!

Muskwa. Oso Negro. Con tan solo tres meses de vida se quedó huérfano. Tiene un mechón de pelo blanco en el pecho. Se une a Thor y lo toma como un "paternal" guía. A diferencia de los grises, los osos negros son esencialmente vegetarianos. Si no se les molesta pueden llegar a ser animales pacíficos.

Jim Langdon y Bruce Otto. Cazadores montañeses que maltratan y abusan de su poder con cualquier ser vivo que se cruce en sus caminos. Langdon (35) había pasado parte de su vida en regiones salvajes y el resto de su existencia la empleó en escribir acerca de dichas regiones. Tenía un pulmón enfermo que había ido sanando desde que se había mudado a vivir a las montañas. Bruce (30) es un experimentado cazador y entendido en osos. Se obsesionará con cazar a Thor, el oso gris más grande que jamás ha descubierto.

Metoosin. Rastreador indio.

Iskwao. Osa gris, madre de Pipoonaskoos.

Estilo.

Con un estilo fresco y descriptivo vamos a sumergirnos en el maravilloso panorama de Las Montañas Rocosas de Canadá.

James O. Curwood va a hacernos disfrutar de todo lo que nos rodea. Es un refrescante estímulo para nuestros sentidos. Nos hará oler, oír, sentir, ver toda clase de parajes, situaciones y emociones que tenemos a nuestro alcance y, normalmente, nos pasan desapercibidas. 

Como amigo incondicional de la naturaleza salvaje y los animales, Curwood no se limita a observarlos como lo haría un naturalista, sino que pone en juego recursos de psicólogo. Pocos como él llegaron a conocer las costumbres y los hábitos de la fauna de los países del Gran Norte: los astutos castores, los hábiles zorros, los tenaces búhos, las circunspectas nutrias, los crueles armiños o los glotones osos...

Cada estrofa es un maravilloso viaje a los parajes más inexplorados y recónditos de Canadá.

Ecología y amor por la naturaleza.

Este autor habla de culpa y redención. Fue un intrépido cazador que acabó enamorándose de todo cuanto le rodeaba y alcanzó a sentir un respeto y amor profundo por aquellos animales a los que, en su día, intentó dar caza. 

Descubrió que el mayor placer que puede desentrañar un cazador no está en la matanza sino en el perdón. Él lo alcanzó a través de sus libros e intentó que todos los que se acercaran a su obra comprendieran las maravillas que oculta la vida salvaje y su pervivencia... Gracias a su obra, hoy, aún lo está consiguiendo.

Se nos habla de naturaleza y se nos muestra. A través de los ojos de un oso descubriremos plantas medicinales, venenosas y psicotrópicas... curiosidades como el valor curativo de la arcilla y la farmacopea de la savia del pino... una verdadera pasada!!! Deberíamos aprovechar más lo que la Naturaleza nos ofrece e imitar las conductas y rituales animales.

El hombre debe cuidar la naturaleza, su entorno y a todo ser vivo que lo conforma. Una cosa es cazar para sobrevivir y ora hacerlo por placer. Este tipo de experiencia es reveladora y cautivadora. Sólo debemos abrir un poco más nuestros ojos para darnos cuenta de aquello que nos rodea y o terminar destruyéndolo todo. El hombre es el único responsable de la desforestación y la extinción animal... pongamos, cada uno, nuestro granito de arena. Os invito a leer esta maravillosa propuesta... no os arrepentiréis.

El ser humano manifestará sus ansias de poder y destrucción y los animales mostrarán su necesidad de sobrevivir y luchar por encontrar un lugar en el mundo...

... Sed buenos, que podéis, no dejéis de leer y amar el medio que os rodea. Dad una oportunidad a esta preciosa historia y me contáis ¡¡Feliz semana!!